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Teletrabajo bien hecho: gastos, equipo, desconexión y cobertura de ART
16 dic 2024
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Guía clara para quienes trabajan desde casa: qué debe pagar el empleador (internet, energía y equipamiento), cómo funciona el derecho a la desconexión, qué pasa ante un accidente en el domicilio y cómo dejar todo documentado para evitar conflictos y reclamar diferencias.

El teletrabajo no es “trabajo a costo del trabajador”. La ley argentina exige que la empresa aporte las herramientas necesarias o reintegre los gastos razonables para prestar tareas desde el domicilio. En la práctica, esto implica asumir —por equipamiento propio o por reintegros— la computadora y periféricos básicos, una silla en condiciones, y los consumos vinculados a la jornada (conectividad e impacto eléctrico). El mecanismo concreto suele definirse por anexo contractual o por convenio colectivo: algunas actividades fijan un monto mensual y otras establecen la entrega de equipamiento. Si el anexo no dice nada o el reintegro es simbólico frente a gastos reales, corresponde pedir su adecuación con constancias objetivas (facturas, consumos y ticket de compra o reparación). La empresa también debe proveer canales de soporte técnico y pautas de seguridad e higiene adaptadas al hogar, porque sigue existiendo deber de prevención.
El derecho a la desconexión digital no es decorativo. Fuera del horario pactado, nadie tiene obligación de responder mensajes ni asistir a reuniones, y esa negativa no puede traer sanciones directas ni indirectas (bajar bonos, “malas evaluaciones”, cambios de equipo). Si la operación exige disponibilidad extraordinaria, debe acordarse y pagarse como tal. Para que esto se cumpla, es clave fijar por escrito franja horaria, modalidad de guardias (si existen) y límites de mensajería fuera de hora. Cuando la empresa presiona con “siempre online”, conviene dejar registro: correos o chats donde se marque el horario y la afectación, capturas de convocatorias fuera de jornada y, si corresponde, intimación a encauzar la organización del trabajo.
¿Qué ocurre con los accidentes? La ART cubre los siniestros que suceden en el lugar y tiempo donde se prestan tareas. Por eso, declarar el domicilio efectivo de trabajo y la franja horaria es determinante. Si sufrís una lesión durante la jornada (una caída al levantarte de la silla para una tarea propia del trabajo, por ejemplo), notificá de inmediato a la empresa y a la ART; si la aseguradora rechaza el caso por “ámbito doméstico”, esa negativa puede discutirse con pruebas de horario, comunicación de tareas y atención médica inicial. También puede haber enfermedades profesionales vinculadas a la modalidad (trastornos musculoesqueléticos, visuales, estrés): requieren certificados médicos y, muchas veces, una evaluación ergonómica que el empleador debe facilitar.
Cómo blindar tu situación: firmá un anexo de teletrabajo que identifique domicilio, jornada y reintegros; conservá facturas de internet y luz, recibos de compra de silla/monitor/teclado y cualquier servicio técnico; guardá evidencias de conexión y mensajería (convocatorias, tickets, repos) y pedí por escrito políticas de ciberseguridad y privacidad aplicables a tu equipo. Si la empresa pretende que uses equipos personales sin compensación o te exige disponibilidad permanente, intimá por carta documento a adecuar la modalidad a la normativa y al convenio. Si no hay respuesta, podés iniciar una gestión administrativa previa y, de ser necesario, reclamar judicialmente diferencias salariales, daños por incumplimiento y prestaciones de la ART.
Cada sector (servicios, tecnología, administración, salud, educación) negocia matices propios; por eso, el análisis debe hacerse caso por caso, con recibos, anexos, política interna y convenio a mano. En Scilipoti & Fernández revisamos tu anexo, cuantificamos reintegros y horas fuera de jornada, y te acompañamos en la vía administrativa y judicial cuando corresponde. Si trabajás desde casa y sentís que asumís costos o cargas que no te corresponden, acercá tu documentación: evaluamos la situación y te explicamos, con números, cuál es la mejor estrategia para ordenar la relación o reclamar lo que te deben.




